Una acción conjunta de Hábitat para la Humanidad Argentina y la empresa Chubb Seguros Argentina S.A.
“Los sectores público y privado y las organizaciones de la sociedad civil, así como la comunidad académica y las instituciones científicas y de investigación, deben colaborar más estrechamente y crear oportunidades de colaboración”.
Marco Internacional de Acción de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres
Hábitat para la Humanidad Argentina trabaja en el barrio Los Ceibos, González Catán, Partido de La Matanza desde el 2012. Allí facilita a familias vecinas la autoconstrucción y mejoramientos de casas en el marco del Proyecto Desarrollo de Barrios, que busca el empoderamiento y superación de situaciones de vulnerabilidad a través de la vivienda adecuada.
En el 2014 y a causa de fuertes lluvias, el barrio sufrió varias inundaciones en las zonas más cercanas al arroyo Morales, un brazo de la cuenca Matanza Riachuelo, lo que puso de manifiesto los riesgos asociados a las condiciones de infraestructura del lugar. En varias ocasiones, HPHA intervino realizando tareas de limpieza de casas al bajar el agua y emprender el retorno, con acompañamiento y entrega de kits de limpieza y desinfección. Esto dio a conocer el proyecto de HPHA en esa zona, y dio lugar a un mayor conocimiento mutuo y vínculos con los vecinos que permitieron generar las condiciones para realizar nuevas acciones concretas.
Esta oportunidad llegó en el 2017, con las posibilidades de realizar un trabajo en alianza con la empresa aseguradora Chubb Seguros, que buscaba apoyar el fortalecimiento de la gestión comunitaria de los vecinos frente a los desastres y la disminución de los riesgos en su vivienda frente a inundaciones. La intervención era necesaria por ser ésta la parte más vulnerable del barrio: no hay recolección de residuos, no ingresan las ambulancias ni la policía, cuando llueve la calle se vuelve intransitable y los niños no pueden ir al colegio. Los terrenos no tienen posibilidades de escrituración en el corto plazo y el servicio eléctrico en los hogares es mayormente informal. Nuevas familias siguen llegando al barrio que tiende a consolidarse pese a las condiciones físicas y al riesgo de inundabilidad.
Así se inició un proceso de diagnóstico participativo con los vecinos, abordado desde tres enfoques de la problemática: los vecinos, el gobierno y académicos. De esta forma, se buscó entender qué pasaba en el barrio y qué se podía hacer para disminuir el riesgo. Una de las conclusiones arrojadas fue que, a causa del cambio climático y los efectos del Niño (que generaron una baja en el régimen de lluvias), el barrio no se inundaba y los vecinos creían que el riesgo había desaparecido. Sin embargo, los riesgos seguían latentes. Todo el análisis obtenido por universidades, organismos, gobierno y vecinos orientaron las acciones que permitieron una intervención efectiva de gestión del riesgo con los recursos necesarios.
Mejoras en las viviendas
Como consecuencia de instalaciones eléctricas precarias y la baja altura a la que se encuentran los medidores de luz (que cubre el agua cuando se inunda el barrio), quedan a medida poco segura e inadecuada, lo que ya produjo varios accidentes fatales.
La propuesta surgida de los vecinos y voluntarios técnicos para mejoras en las casas, fue la construcción de pilares para la colocación de medidores de luz de la compañía eléctrica, con el objetivo de reducir o mitigar el riesgo de electrocución.
Así se decidió otorgar préstamos a 16 familias para la compra de materiales y mano de obra, con los que podrán construir medidores de luz a la altura reglamentaria de 1.20 / 1.50, amurados sobre pilares de concreto.
Al evaluar a las familias para la aprobación de las mejoras se tomaron en cuenta los factores económicos y sociales: algunas familias, por problemas de salud o familiares, pagarán el crédito en más años, con cuotas más reducidas, y las demás ajustarán la cuota a sus ingresos. El criterio fue abarcar a todas las familias con mayor riesgo y generar un fondo rotativo que pueda devolverse para lograr nuevas mejoras.
Mejora comunitaria
En reuniones abiertas con la comunidad se planteó qué acciones y tareas eran las prioritarias para mejorar el barrio. Allí surgió la de hacer caminos de evacuación de hormigón que permitieran transitar vecinos, sillas de ruedas y carritos de bebés en días de lluvia, cuando las calles se vuelven anegables (tierra y barro). Esto permitiría el acceso a las escuelas, hospitales, comercios y medios de transporte para llegar a los lugares de trabajo.
Actualmente, la distancia de la ruta de evacuación es de 350 mts. y por propuesta de los vecinos se está evaluando ampliar el trayecto a 550 mts., para lo que se requerirán nuevos recursos que permitan comprar más materiales.
La ruta incluirá señalética, pintura y plantado de árboles durante todo el recorrido, para que sirva como vía de evacuación rápida ante alertas tempranas de crecida del arroyo.
Los resultados del proyecto
El proceso incluyó un ciclo de talleres con los vecinos donde se dictaron contenidos educativos sobre prevención y gestión de riesgo y cuidado y mejoramiento de la vivienda: aproximadamente 100 personas fueron capacitadas.
Actualmente hay un grupo de 10 referentes comunitarios que se involucran activamente con las convocatorias, movilizan y lideran todo lo relacionado con la obra, y 10 albañiles capacitados específicamente en gestión de riesgo que van a ser quienes acompañen a las familias a construir los pilares en jornadas masivas de construcción.
La respuesta de la comunidad para enfrentar riesgos conocidos y previstos demuestra su capacidad de resilencia*, aún sin poder controlar la vulnerabilidad o los riesgos. El proyecto permitió dinamizar las capacidades e involucrar a los vecinos con una alta participación en la gestión de la solución. Las propuestas surgieron de reuniones masivas y por iniciativa propia generan la movilización y convocatoria de otros vecinos para los días de autoconstrucción.
Los fines de semana se suman voluntarios, que trabajan a la par en las tareas que hagan falta: asesorando y capacitando en autoconstrucción, consiguiendo maderas para el encofrado, aplanando la tierra, pero especialmente, haciendo realidad un barrio más seguro para vivir. Este fue el caso de las brigadas de la empresa Chubb Seguros, cuyos voluntarios ayudaron en la construcción de los pilares de luz.
*Se entiende por Resilencia a la capacidad de reaccionar con efectividad y rapidez a los efectos de los desastres.
Testimonios
Francisca y Alcides con su hijo Joaquín
“Primeramente la gente no creía tanto, y gracias a Dios con la ayuda de los vecinos avanzamos mucho. Lo que hicimos es muy útil para todo el barrio.
“Este era un sueño porque el barrio es un lugar bajo y no se podía transitar. Hoy en día ya es realidad. Lo que puedo asegurar que a muchos chicos es muy útil para ir a la escuela, e igual a la gente grande. Gracias a la ruta de evacuación los chicos no pierden más días de clases por lluvia”.
Ninfa y Teodoro con su hijo Leo
“Era impresionante la necesidad que había, porque ni los chicos podían ir a la escuela si llovía, y ahora va mejorando el barrio”.
José Luis Vicente (Brigadista Chubb)
“Gracias por la oportunidad de conocer a Hábitat Argentina por dentro, me traje más de lo que dejé. Fue muy emocionante conocer particularmente a Judith y Sergio quienes nos mostraron orgullosamente su casa construida por ellos mismos. Ésta fue terminada recientemente y Estrenaron hace apenas unos días.
¡Que buen trabajo el de Hábitat Argentina de facilitar el acceso a la vivienda adecuada! La creencia en que las cosas pueden mejorar es tan fuerte que da como resultado acciones concretas como lo que vivimos el sábado.”