Seguimos apostando a dar respuesta directa a quienes buscan cambiar sus condiciones de vida y pueden hacerlo a través de un alquiler en condiciones justas. Aprendemos de estas personas la fuerza para superar los obstáculos y no dar marcha atrás de ninguna forma.
Carlos, uno de los primeros inquilinos en llegar al programa de alquiler social de HPHA se mudó a fines de octubre para ir a alquilar formalmente.
Vivió muchos años en un conventillo, pagando con puntualidad un valor injustamente similar al del departamento que alquiló en Estela de Esperanzas. Recuerda cuando con su pareja conoció el proyecto pero reconoce que les costaba creerlo, “no entendíamos por qué nos querían ayudar”. También que una de las cosas más críticas de su vida en el conventillo era lo difícil que resultaba dormir por los ruidos y el agua que entraba por la ventana cuando llovía.
Hoy valora muchísimo la formación que recibió en el Taller y que haya podido leer y entender su nuevo contrato de alquiler. “Estoy muy agradecido por esos dos años de paz que me dieron. Me cambió la calidad de vida, pude dormir mejor, descansar mejor”. Próximo al vencimiento del contrato empezó a indagar sobre los distintos tipos de garantía existentes pero reconoce que “sigue siendo difícil alquilar”. Finalmente, una tía le presentó al dueño de un PH y no tuvo ningún inconveniente en cerrar trato en buenas condiciones.
Siempre fue un excelente vecino, dispuesto a participar y a ayudar y al irse dejó el departamento recién pintado y en perfectas condiciones. El caso de Carlos es un ejemplo de por qué deben cambiar las cosas.