Para celebrar el Día Mundial del Hábitat y continuar alzando la voz por la vivienda digna en el mundo, Hábitat para la Humanidad lanza hoy un nuevo informe llamado A Ladder Up, en el que economistas de prestigiosas universidades estadounidenses analizan el rol que juega el sector de la construcción en la generación de empleo en 9 países y de la región se consideraron Brasil, Colombia, México y Perú.
El principal hallazgo: la industria de la construcción, liderada por la construcción de viviendas, es una enorme fuente de empleo que suele ser pasada por alto en las economías de mercado emergente. Al mismo tiempo, llena un enorme vacío en vivienda asequible.
A nivel mundial, el sector construcción emplea a más de 250 millones de trabajadores, lo que se traduce a un 7,7 % de todo el empleo. Por cada millón de dólares invertido en productos de construcción, se generan 97 empleos en promedio en los mercados emergentes.
“La inversión en construcción residencial representa una potencial situación beneficiosa para todos en los mercados emergentes porque genera una gran cantidad de empleos a nivel local, ayuda a cerrar las persistentes brechas en vivienda asequible y estimula la economía en general”, explica Patrick Kelley, vicepresidente del Centro Terwilliger de Hábitat. “Estos hallazgos son de vital importancia para los países de renta baja y media que están decidiendo cuáles áreas priorizar mientras trabajan por reconstruir sus economías debilitadas por la pandemia de COVID-19; en particular, en un mundo donde 1.600 millones de personas todavía carecen de una vivienda digna”.
En el Informe se destaca el estado del cumplimiento del ODS Nr. 11, que se centra en procurar el acceso de todas las personas a una vivienda digna, segura y asequible. Este es uno de los pocos en los que, incluso antes del impacto de la pandemia de COVID-19 había observado un retroceso con respecto al progreso anterior.
Es por eso que tanto las políticas públicas y las inversiones que fomenten la construcción de viviendas y que se implementen con un enfoque en el desarrollo equitativo y el cambio climático, pueden producir impactos positivos de largo plazo en el bienestar de las familias, en eficiencia energética y en una mayor resiliencia frente a los desastres naturales, además de las importantes oportunidades de empleo sobre todo para la parte de la fuerza laboral con bajos niveles de educación formal.
En este enlace compartimos el Informe completo.
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