En la actualidad, se estima que 1 de cada 3 familias habita en viviendas deficitarias. Esto equivale a 4 millones de hogares, de los cuales 1,3 millones viven en viviendas irrecuperables y 2,6 millones, en viviendas deficitarias recuperables. El primer grupo compone lo que llamamos déficit cuantitativo y corresponde a la cantidad de viviendas que habría que sumar al stock disponible, es decir, construir. El segundo grupo hace al déficit cualitativo y parte de la premisa que, si bien son viviendas inadecuadas, pueden ser intervenidas para cumplir con los estándares de calidad.
La vivienda inadecuada se caracteriza, entre otros factores, por la baja calidad de la construcción, la carencia de servicios básicos, la inseguridad de la tenencia y la precaria situación de los atributos urbanos de los barrios; lo cual, en conjunto, acarrea una alta vulnerabilidad social y económica, frente a las consecuencias del cambio climático y ante varios tipos de enfermedades asociados a las malas condiciones habitacionales.
La problemática habitacional en Argentina tiene una multiplicidad de causas que la convierten en un tema complejo. Entre ellas podemos identificar falta de financiamiento, la desigualdad, la falta de planificación urbana a nivel regional/nacional, la falta de políticas públicas que alcancen al déficit cualitativo generado en los barrios de producción social del hábitat, el contexto de pobreza estructural generalizado, el precio y la falta del suelo en las grandes ciudades, las sucesivas crisis, las barreras de acceso y los valores de alquileres formales y créditos hipotecarios.
Ante la falta de acceso a la vivienda, una gran parte de la población en Argentina autogestiona y autoconstruye su vivienda, sin asistencia profesional, generando a menudo soluciones deficitarias que empeoran con el correr del tiempo. En Argentina, según el Registro Nacional de Barrios Populares, hay 1.237.795 de familias viviendo en 6.467 barrios populares.
A su vez, en las ciudades se suma el fenómeno del alquiler informal e inadecuado. Ante las barreras de acceso que exige el mercado formal (recibo de sueldo en blanco, garantía propietaria o financiera, etc.), muchas familias quedan excluidas y deben acudir a lugares inseguros como hoteles-pensión, inquilinatos y conventillos.
Todo esto se da en un marco global de falta de acceso a la vivienda adecuada:
- 1,8 mil millones de personas que carecen de una vivienda adecuada a nivel mundial, según la ONU.
- Más de mil millones de personas en todo el mundo residen en barrios marginales y otros asentamientos informales.
- En nuestra región más de 95 millones de personas viven en asentamientos informales según datos de ONU Hábitat.
En Hábitat para la Humanidad Argentina trabajamos desde nuestros inicios abordando la autogestión y autoconstrucción de la vivienda y el tema de alquileres informales, con el objetivo de que cada persona tenga un lugar digno para vivir. Durante estos más de 20 años, hemos desarrollado diversas metodologías, iniciativas, proyectos y programas. Sin embargo, el problema requiere de mucho trabajo coordinado entre todos los actores de la sociedad.