Impacto SISU

¿Qué aportan las obras de integración? 

En el marco del Programa «Argentina Unida por la Integración de Barrios Populares» de la Subsecretaría de Integración Socio Urbana de la Nación (SISU), desde Hábitat para la Humanidad Argentina llevamos adelante el Proyecto de Obras Tempranas (POT) en el barrio Saladero de Bahía Blanca. Este proyecto permitió la instalación de conexiones eléctricas intradomiciliarias para 33 familias, contribuyendo a mejorar sus condiciones de habitabilidad y seguridad. 

La problemática en números 

En Argentina, hay 6.467 barrios populares donde viven más de 5 millones de personas. En la mayoría de estos barrios, el acceso seguro a servicios básicos como agua, electricidad y saneamiento no está garantizado. Este fenómeno repercute en la salud y el desarrollo. 

De acuerdo a nuestro relevamiento en Saladero, 1 de cada 2 familias había padecido al menos un corte del suministro eléctrico debido a problemas en la instalación eléctrica residencial. La ocurrencia de descargas eléctricas menores fue reportada en el 15% de las viviendas relevadas. Este es un dato importante, considerando la peligrosidad que conllevan las descargas eléctricas, especialmente en viviendas con presencia de niños. Por eso, 4 de cada 5 hogares percibían sus instalaciones como inseguras o muy inseguras. 

No se trata solamente de un derecho vulnerado. Las conexiones irregulares son verdaderas trampas que provocan desde electrocuciones hasta incendios que han dejado a las familias sin nada. Y estos accidentes pueden ser producto de actividades cotidianas como calentar agua en una pava eléctrica o encender un caloventor en invierno. 

Invertir en barrios populares 

Durante décadas, los asentamientos informales, cuando no eran ignorados, fueron vistos como un problema a cortar de raíz, incluso criminalizando la mera presencia de las familias que no contaban con otra solución habitacional por fuera de la autoconstrucción. 

Sin embargo, a partir del Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP) y la consiguiente política de integración, se cambió la mirada a nivel nacional. El Estado comenzó a invertir en infraestructura, reconociendo el derecho de millones de personas a tener una mejor calidad de vida, contando con servicios seguros y seguridad sobre la tenencia de su vivienda. 

De acuerdo a estudios de Hábitat para la Humanidad Internacional acerca de la relación entre vivienda y la salud de las mujeres, se estima que durante el primer año de inversión en asentamientos informales: 

  • Se podrían prevenir 20,3 millones de casos de enfermedades como infecciones respiratorias, infecciones entéricas, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, infecciones reproductivas y del tracto urinario e insolación. Esta mejora en la salud de las mujeres en asentamientos informales se puede comparar con los casos de parálisis evitados por la vacuna contra la poliomielitis durante 37 años. 
  • Se podrían prevenir 42,9 millones de incidentes de violencia basada en género (violencia de pareja, violencia sexual no asociada a la pareja). Al menos uno de cada 17 casos de violencia sexual podría evitarse si se implementaran mejoras en los asentamientos informales. 
  • 80.200 muertes podrían evitarse. Al menos una de cada cuatro muertes maternas y una de cada seis muertes debidas a golpes de calor podrían evitarse a nivel mundial si se implementan mejoras en asentamientos informales. 

Resultados en Saladero 

Gracias a las 33 conexiones formales a la red eléctrica que se hicieron, el 96% de las personas beneficiarias dice sentirse más seguras. Antes de las obras, este número era de apenas el 18%. Se redujeron del 52% al 8% la cantidad de cortes de luz registrados en las viviendas, y se eliminaron las descargas eléctricas menores que representaban un riesgo para la vida y la salud. 

Estos números se hacen carne en cada una de las personas que ahora cuentan con una conexión segura. “Tenías la sensación de que se iba a volver a prender fuego”, relata Antonina, una de las jefas de hogar de Saladero. “Me enorgullece muchísimo tener buena luz, es un respeto hacia tu vivienda”, concluye emocionada. 

Seguir por este camino 

Es esta misma experiencia la que nos lleva a abogar por las políticas de integración. Ahora podemos ponerle números al potencial que tienen estos programas y la capacidad de transformar la realidad de las personas en situación de vulnerabilidad. 

A nivel internacional, estamos llevando a cabo la campaña #HogarEs para visibilizar a los mil millones de personas que viven en asentamientos informales y la necesidad de invertir en estos. A nivel local, seguimos impulsando por la continuidad de los programas de la Secretaría de Integración Socio Urbana (SISU) para que esto que sucedió en Saladero, se multiplique en todo el país. 

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